La palabra cáncer debe ser una de las palabras más temidas y que por supuesto no queremos escuchar, ya que sin duda se relaciona casi de inmediato con muerte, ésta última palabra que nos cuesta incluso pronunciar, llegamos a convencernos que mientras no la nombremos no existe. Nuestra mente da para mucho.
Ahora este temor no se aleja de la realidad país ya que según el anuario de estadísticas vitales 2019 del INE el cáncer se convirtió en la primera causa de muerte en Chile.
¿Qué se entiende por Cáncer?
Según la OMS cáncer es un término amplio utilizado para aludir a un conjunto de enfermedades que se pueden originar en casi cualquier órgano o tejido del cuerpo cuando células anormales crecen de forma descontrolada, sobrepasan sus límites habituales e invaden partes adyacentes del cuerpo y/o se propagan a otros órganos.
Por lo antes mencionado al recibir un diagnóstico de esta magnitud, es probable que surjan emociones como; miedo, tristeza, además de incertidumbre y tal vez ganas de querer que esta noticia no sea real.
Lo primero que me gustaría comentar es que frente a un diagnóstico de cáncer es muy normal sentirse abatido, triste, enojado, perdido y angustiado. Cuando esas emociones afloran lo más recomendable es sentirlas, reconocerlas y validarlas.
¿Cómo se puede lograr sentir, reconocer y validar nuestras emociones?
Puede ser sentándose en una silla, respirar profundo y sentir qué es lo que aflora y en qué parte del cuerpo podemos apreciar alguna sensación que no estaba antes, por ejemplo puede ser sentir; opresión en el pecho, en el estómago o en la espalda en fin se trata de identificar si en alguna parte se manifiesta algo. Hacer una pausa en ese momento permitirá reconocer lo que esté sucediendo y además tomar cierta distancia.
Ahora bien si el abatimiento, miedo, rabia persisten de tal manera que están impidiendo que pueda tomar decisiones frente a lo que me gustaría hacer en este punto es sugerible pedir apoyo externo.
En mi experiencia profesional he acompañado a personas con distintos procesos, entre ellos personas con cáncer. Por esa razón quise escribir al respecto. Y algunas de las preguntas que pueden aparecer son las que menciono a continuación.
¿En qué pueden aportar las Flores de Bach en un diagnóstico de cáncer?
Primero en acompañar a la persona en el proceso de aceptación del diagnóstico. Este acompañamiento puede variar de una persona a otra ya que por un lado puede aparecer una profunda rabia y sensación de injusticia, como también miedo, angustia y tristeza.
Segundo cuando hay que decidir entre posibles alternativas de tratamiento. Aquí puede aflorar mucha incertidumbre, duda frente a qué camino es el más adecuado. En este momento se puede acompañar a la persona en que encuentre lo que le hace más sentido.
Tercero en el caso de que la persona reciba la noticia de que hay una recurrencia cuando se pensaba que la enfermedad había remitido
Estas son algunos de los momentos en que se puede apoyar a la persona. Sin duda hay otras circunstancias para las que las Flores de Bach pueden ser un aporte.
¿Se pueden tomar Flores de Bach si se está haciendo quimioterapia?
Por supuesto las flores de Bach no se contraponen con la terapia que la persona haya optado ya que no tienen ningún químico que pueda entorpecer otro tratamiento. Al contrario pueden aportar por ejemplo en el temor frente a lo nuevo, manejar la impaciencia que aflora en los procesos largos, como lo es la quimioterapia.
Me parece importante mencionar que la persona atraviesa muchas fases diferentes durante el transcurso de una enfermedad de largo aliento como lo es el cáncer y, por consiguiente, es importantísimo escuchar con atención lo que se necesita. Por esta misma razón el acompañamiento puede ser muy variado en estos casos.
De acuerdo a mi experiencia es que las personas para salir adelante necesitamos de cierto equilibrio el cual se vuelve muy precario frente a una enfermedad crónica que puede durar mucho tiempo.
Las flores de Bach aportarán sin duda a recuperar dicho equilibrio.