La confundimos con resignación, pero si la observamos más de cerca, nos revela una sabiduría que vale la pena abrazar.
Jon Kabat-Zinn estableció 7 fundamentos de Mindfulness, todos ellos diseñados para relacionarnos desde otra perspectiva con nuestro presente, el único momento en el que realmente vivimos. El pasado ya pasó y el futuro es incierto, por lo que nuestra práctica debe centrarse en el aquí y ahora.
Aceptación es un término que muchas veces se confunde con resignación. Pero al contrario se trata de acoger lo que no podemos cambiar ya que esto aumenta nuestro sufrimiento, pero por otro lado intentar modificar lo que sí está dentro de nuestras posibilidades cambiar.
Un monje budista formuló esta idea de manera concisa:
Dolor x resistencia= sufrimiento

Sólo para aterrizar lo que es la aceptación, pensemos en una enfermedad, la muerte de un ser querido, un accidente,
el paso de los años, hay varios ejemplos en los que no podemos hacer nada más que aceptar lo que está sucediendo. Pero lo que sí podemos hacer es elegir cómo lo vivimos y dentro de eso plantearnos estrategias y recursos para aquello.
Viktor Frankl, psiquiatra y filósofo austríaco que estuvo en un campo de concentración
nos cuenta en su libro que incluso en las situaciones más adversas, las personas podemos decidir el cómo vivimos esas circunstancias, pero antes es necesario aceptar.
Y ahí podemos hacer uso de uno de los beneficios de Mindfulness, la metacognición, que es la capacidad de darnos cuenta de los procesos mentales, que con sus prácticas tanto formales como informales nos traen de vuelta momento a momento.
La aceptación en mindfulness implica no luchar contra lo que no podemos cambiar e intentar modificar lo que sí está en nuestro alcance. Es un enfoque activo y consciente hacia la vida.